Este año, el Día Mundial de la Seguridad del Paciente gira en torno a la cuestión de la mejora del diagnóstico para la seguridad del paciente, y su lema es: «¡Diagnósticos correctos, pacientes seguros!». En esa fecha, los pacientes y sus familias, los trabajadores de la salud, los dirigentes del sector de la salud, los responsables de la formulación de políticas y la sociedad civil insistirán en la importancia capital de un diagnóstico correcto y oportuno para mejorar la seguridad del paciente.
Un diagnóstico correcto y oportuno es el primer paso para unas intervenciones preventivas y un tratamiento eficaz.
Los errores de diagnóstico representan el 16% de los daños prevenibles en los pacientes y son frecuentes en todos los entornos de atención de la salud. Estos errores incluyen la ausencia de diagnóstico, los diagnósticos incorrectos, los retrasos en el diagnóstico y los fallos al comunicar el diagnóstico. Pueden empeorar los resultados para los pacientes y, en ocasiones, provocar una enfermedad prolongada o grave, discapacidad o incluso la muerte, y aumentar los costos de la atención de la salud.
Comprender el proceso de diagnóstico es fundamental para reducir los errores.
El proceso de diagnóstico consta de muchas etapas: la presentación inicial del problema a cargo del paciente, la anamnesis y el reconocimiento físico, las pruebas diagnósticas, la discusión y la comunicación de los resultados, la colaboración y la coordinación, el diagnóstico final y el plan de tratamiento, el seguimiento y la reevaluación. En cualquiera de estas etapas pueden producirse errores.
Existen distintas soluciones para abordar los errores de diagnóstico.
Los responsables de la formulación de políticas y los dirigentes del sector de la salud deben fomentar unos entornos laborales propicios y proporcionar unas herramientas de calidad para el diagnóstico, debe alentarse a los trabajadores de la salud a que no dejen de mejorar sus competencias y aborden los prejuicios inconscientes que influyen en las decisiones que toman, y debe apoyarse a los pacientes para que participen activamente durante todo el proceso de diagnóstico.
El diagnóstico es un esfuerzo conjunto.
Un diagnóstico correcto y oportuno requiere la colaboración de los pacientes, las familias, los cuidadores, los trabajadores de la salud, los dirigentes del sector de la salud y los responsables de la formulación de políticas. Todas las partes interesadas deben contribuir a dar forma al proceso de diagnóstico y poder expresar cualquier motivo de preocupación.
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